“Cuanto mas oscura la noche,más brillan las estrellas”
Fyodor Dostoyevsky
Existen momentos en nuestra vida en que todo parece desmoronarse, en que todo aquello con lo que nos identificamos y que decimos nos hace ser nosotros, se vuelve incierto; sentimos descender a nuestro mayor infierno mientras los demonios bailan alrededor.
Es allí, donde la “noche oscura del alma” viene a nuestro encuentro.
Este término, fue acuñado por San Juan de la Cruz en el s.XVI como parte principal de su obra en lo que se llamó “poesía mística”. Posteriormente fue popularizado por el psiquíatra suizo Carl Jung para describir ese momento de encuentro con lo que no queremos ver de nosotr@s mism@s, para luego aceptarnos, integrarnos y lograr trascendernos.
Vivir no es únicamente sobrevivir, por lo que, en algún momento de nuestra vida, es necesario experimentar nuestra propia “noche oscura” para crecer y evolucionar. Ésta es una etapa donde las emociones pueden adueñarse de nosotr@s, nos perturbarán la mente y quizás no podamos ver la salida, pero a medida que avancemos en esta etapa, el dolor podrá ser entendido, aceptado y liberado, conectaremos con nuestro poder interior con nuestro Ser esencial y saldrá a la superficie nuestra magia.
Debemos mantenernos despiert@s a estas “noches”, pues si nos rendimos y abandonamos, nos estaremos rindiendo y abandonando a nosotr@s mism@s.
Actualmente atravesamos un momento de cuestionamiento no solo individual sino como sociedad, nuestro sistema y paradigma de vida se ve interpelado, necesita ser cuestionado, para entender y abrazar la interdependencia y lograr así nuestra sobrevivencia.
Hoy en día, nuestro desarrollo como sociedad se basa en la productividad y el consumo, corremos durante todo el día persiguiendo vaya a saber qué y esperando que esos logros, ese éxito tal y como lo ve el colectivo colme el vacío interior que nos aqueja. Sufrimos confundidos de saber quiénes somos y que necesitamos, pero hoy como personas, como sociedad, como mundo, estamos obligados a parar, a escuchar…… para ser.
La salida es hacia adentro y las respuestas vienen consigo.
Quizás muchos lo vivan como un castigo, pero en realidad es una verdadera bendición. Es una hermosa oportunidad de crear una vida mejor.
Sepamos que estamos atravesando una parte importante de nuestro camino del héroe, que ya muchos otros también han recorrido y que es nuestra responsabilidad desde la conciencia y la voluntad que llegué a un puerto de bien colectivo.
Es tiempo de vernos, de observarnos e interpelarnos, de dejar de mirarnos el ombligo y cuidarnos y amarnos para cuidar y amar a los demás. Éste puede cambiar la manera en que veamos y hagamos, en el que tengamos la chance de ir hacia la verdadera esencia de nosotr@s mism@s.
La búsqueda de un@ mism@ lleva implícita la firmeza y perseverancia de continuar siempre adelante. Implica aprender a superarse, a levantarse reiteradamente después de cada caída y así construir un futuro mejor para cada un@, para tod@s.
Afrontar con decisión esta noche oscura nos permitirá salir reforzados, tanto como personas y como sociedad. Nadie dijo que vaya a ser algo fácil, parecerá una verdadera hazaña cruzar este desierto, pero debemos confiar que el resultado será maravilloso.
Para saltar en fe, deberemos creer y solo así nuestro desarrollo tanto personal como colectivo florecerá.
En palabras de Thomas Fuller: “la noche es más oscura justo antes del amanecer. Pero yo les prometo que el amanecer está llegando”
Namasté