El hombre es lo que hace con lo que hicieron de él.
Jean Paul Sartre
Antiguas civilizaciones ya referían al concepto de la magia interior, un término que se encuentra actualmente en boga dada la necesidad que tenemos much@s de encontrar respuestas; (otras) respuestas diferentes que nos faciliten el camino del encuentro con nosotr@s mismos.
Por allí también, se pueden encontrar perspectivas mas contemporáneas de este tema que lo definen como todo aquello que nos permite convertir lo ciertamente imposible en real, donde algunos autores parecen realizar una narración maravillosa y hasta un tanto de fábula de este poder.
Por esta razón, con este post pretendo dar una visión teñida de perspectivas tanto de la psicología evolutiva como de la social, que nos permitan introducirnos en los cuestionamientos que den lugar a la construcción de la tan anhelada realidad con la que soñamos, desarrollando todo nuestro potencial en el proceso.
Desde tiempos inmemoriales los seres humanos hemos crecido y evolucionado en colectivos.
Esta característica llamada gregaria nos ha permitido durante miles de años no solamente tener mas probabilidades de sobrevivir en un ambiente hostil, sino también aprender y evolucionar.
En la década del 30’,un psicólogo ruso llamado Vigotsky, se refirió al aprendizaje colectivo en su teoría de la “zona de desarrollo próximo”, la cual refiere a aquella franja del conocimiento o del aprendizaje que necesita ser potenciada mediante la ayuda de otra persona.
Decimos entonces que existe una distancia entre las habilidades o conocimientos que una persona puede adquirir por sí mismo, y aquellas otras para las cuales necesita la ayuda de alguien más.
Partiendo de la base de este pensamiento, Wood y Bruner elaboraron su teoría del andamiaje donde se afirma que el aprendizaje se lleva a cabo activamente ayudando a las personas a construir nuevas ideas sobre su conocimiento actual y anterior, es decir co-creando.
Este andamiaje se entiende como una estructura de apoyo temporario construida alrededor de la búsqueda del aprendizaje y la comprensión de información nueva.
De la misma manera en el s.XVII el filósofo Spinoza planteaba para referirse al concepto de una vida ética, “modos inmanentes de existencia”, planteando que para una vida plena el individuo debia buscar los ‘‘buenos encuentros’’; aquellos que al interactuar le permitieran amplificarse y potenciarse.
Por tanto, entendiendo que las personas tenemos aspectos conscientes (aquellos de los que nos damos cuenta) y aspectos inconscientes de nosotr@s mismos que nos forman, siendo parte integrante de ese poder despierto o en potencia que conforma nuestra ‘‘magia interior’’; es necesario para despertar nuestro poder personal, trabajar el autoconocimiento conociendo nuestras fortalezas y debilidades y desde allí lograr construir esos ‘‘ buenos encuentros’’ con los demás. en función de las cosas que necesitamos aprender y que estos pueden facilitar.
Darnos cuenta de quienes estamos siendo aquí y ahora, en función de como hemos entendido todo lo vivido y de lo que creemos necesitar para evolucionar, es el primer paso que permita buscar aquellas personas y/o experiencias que nos permitan crecer colectivamente, logrando así los ‘buenos encuentros’’; encuentros mas sanos y efectivos que sean trampolín para avanzar desde el autocuidado.
De esta manera, estaremos amplificando nuestra magia junto con las de los demás y co-creando una realidad más amorosa.